Día de lluvia y viento. Tras el madrugón, nuestros 10 buzos han tenido que equiparse tiritando de frío. Se notaba cierta pereza a comenzar, quizá porque el mar impone mucho lloviendo y con viento. Sin embargo, las dos inmersiones de hoy han sido memorables; los contrastes de luz y el profundo azul han merecido la pena. En la primera, con unos arcos y cavernas en las que han podido ver nudibranquios. Peo la segunda ha sido la Gran sorpresa: en el mar abierto, una mancha borrosa a 35 metros de profundidad se ha transformado ante nuestros chicos en un barco de guerra. Se trata de la patrullera maltesa P29, con su puente de mando, su radar y un imponente cañón en la proa.
Comida al abrido del viento y con vistas al mar del grupo completo. Los ocho del curso de inglés siguen encantados diciéndonos que mañana les hacen un pequeño examen de progreso.
Por la tarde/noche visita a las tres ciudades que los Caballeros de Malta fundaron en el siglo XVII para defender el puerto de La Valeta. Impresionantes vistas, calles estrechas y empinadas, fabulosas iglesias barrocas, carísimos yates en la Marina.
Cospicua, Vittorioda y Senglea nos han dejado boquiabiertos. Qué acertado estuvo Carlos V alquilando Malta a los Caballeros Hospitalarios con el precio de un halcón al año, tanto así, que el sanguinario otomano Solimán no pudo con ellos.
No me extraña que hoy hayamos tenido el privilegio de contemplar el escenario de tantas y tantas películas.
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